Tarta de queso y dulce de leche

 

Cuando toca comida con amigos lo tengo claro, tarta de queso nunca falla, bueno y con la familia igual, ese ese postre perfecto para cualquier ocasión, además que la tenemos desde la más tradicional y clásica, hasta de los sabores más variados, como es el caso de la de hoy, con dulce de leche como protagonista, pero en la que he encontrado el equilibrio con el queso crema, para que ambos sabores aporten y sobre todo el dulce de leche no empalague, que ese era mi mayor temor.

Necesitamos un molde redondo desmontable de 23 cm de diámetro, papel para horno, la batidora y menos de una hora de tiempo para poner la receta en practica.

Vamos a ello.

Ingredientes:

• 600 g de queso crema
• 4 huevos. 
• 100 d de azúcar moreno.
• 200 ml de nata para montar (35 % de materia grasa).
• 150 g de dulce de leche.
• 20 g de harina fina de maíz.

 

Elaboración:

Empezamos preparando el molde para tenerlo listo más adelante, cogemos una hoja de papel para horno y hacemos una bola, la mojamos bajo el grifo, apretamos bien con las manos para escurrir el agua y nos quedara como una tela, la colocamos en el molde y seguimos con la receta.

Encendemos el horno a 190 grados, con calor arriba y abajo. 

Sobre la mesa ponemos el cuenco donde vamos a hacer la masa de la tarta, echamos el queso crema y añadimos los huevos, el azúcar moreno, el dulce de leche, la nata y la harina fina de maíz. Lo mejor es que aquellos ingredientes que tengamos en la nevera los saquemos 20 minutos antes para que se atemperen.

Echamos mano de la batidora y batimos hasta mezclarlo todo bien.

Vertemos la masa en el molde, lo metemos en el horno a una altura medio-baja, lo vamos a hornear durante 40 minutos exactamente.

Sacamos la tarta del horno y dejamos que se enfrié del todo antes de llevarla a la nevera, allí deberá estar por al menos 5 horas.

 

Cuando llegue la hora del postre la sacamos de la nevera, desmoldamos con cuidado y echamos mano de un cuchillo, siempre de filo liso, vamos cortando porciones y servimos, un toquecito de dulce de leche por encima no lo que queda pero que nada mal.

Pequeños placeres, grandes momentos.