Tarta de queso de cabra

 

Tengo clarísimo que nunca me cansaré de la tarta de queso y es que cuando comencé con todo esto de hacer postres, no me imagine que podría haber tantas variedades de esta tarta, llevo echas unas 20 y más que vendrán, prueba de ello es que mientras esta se estaba haciendo en el horno, se me ocurrieron un par de ideas para otras tartas de queso que traeré al blog próximamente.

Pero centrándonos en la que tenemos aquí, está hecha con queso de cabra como ingrediente principal, un tipo de queso muy cremoso que por lo general tendemos a consumirlo en ensaladas, con mermeladas, en tablas de quesos, etc, y a mí me gusta bastante, así que era inevitable que acabara pasando por mi cocina para traeros un postre como este.

El tiempo necesario para llevar a cabo esta receta es de una hora y aparte de los ingredientes nos hará falta un cazo, la batidora, un molde circular desmontable de 23 cm y papel para horno.

Vamos a ello.

Ingredientes:

• 500 g de queso crema. 
• 120 g de queso de cabra, sin la corteza. 
• 400 ml de nata para montar. 
• 4 huevos. 
• 140 g de azúcar moreno. 
• 20 g de harina de trigo. 

Elaboración:

Comenzamos encendiendo el horno a 200 grados con calor arriba y abajo y preparando el molde, para esto cogemos una hoja de papel para horno, hacemos una bola y la mojamos bajo el grifo, la apretamos bien con las manos para escurrirla, nos quedará como una tela, así es fácil de colocar en el molde.

Lo siguiente será preparar la masa de nuestra tarta, en un cazo echamos la nata, troceamos el queso de cabra y lo añadimos, calentamos a fuego medio-alto, removiendo con unas varillas de manera constante hasta que el queso de cabra se funda, no le costará mucho, entre 5 y 10 minutos.

 

En un cuenco grande vertemos esta mezcla y lo dejamos templar 10 minutos, tras este tiempo añadimos el queso crema, el azúcar moreno, los huevos y la harina, cogemos la batidora, batimos hasta integrar bien todos los ingredientes y vertemos la masa en el molde.

 

 

Lo llevamos al horno a una altura media-baja y los vamos a hornear exactamente 40 minutos. 

 

La sacamos del horno, poneros un guante de cocina en cada mano y esperamos a que enfríe del todo antes de meterla en la nevera, allí la dejaremos por al menos 4 horas. 

Me gusta sacar de la nevera las tartas de queso unos 15 minutos antes del momento del postre, así están más cremositas y es algo que la gente lo nota, os lo aseguro, ahora queda la mejor parte, echar mano de un cuchillo, empezar a cortarla, repartir y disfrutar, en el primer bocado vais a notar el sabor a queso de cabra, que lógicamente tiene que ser el protagonista de esta tarta.

Pequeños placeres, grandes momentos.