Otro turrón que viene para el blog y que sin duda vamos a disfrutar en casa estas navidades, en esta ocasión la principal novedad es que he cambiado uno de los ingredientes que venía usando cuando hacía turrones de chocolate, la mantequilla, por nuestro querido oro líquido, el aceite de oliva y vale, lo sé, está caro, pero bueno solo lleva un par de cucharadas y os aseguro que se nota en el resultado final, sin duda el sabor del chocolate es lo que predomina, pero ahí se aprecia ese saborcito que le da el aceite de oliva, una delicia.
El tiempo que necesitamos para poner esta receta en práctica son apenas 15 minutos y tomándonoslo con calma, necesitamos un molde para turrones, de silicona que se desmolda con una facilidad increíble y de 20x10cm.
Vamos a ello.
Ingredientes:
- 300 g de chocolate con leche para repostería.
- 100 g de avellanas.
- Dos cucharadas de aceite de oliva.
Elaboración:
Vamos a fundir el chocolate con leche y mezclarlo con el aceite de oliva al baño María, ponemos un cuenco grande en una cazuela con agua, de altura hasta que llegue a estar en contacto con el cuenco, troceamos el chocolate y le echamos, añadimos las dos cucharadas de aceite de oliva, lo vamos removiendo de vez en cuando con una espátula y una vez fundido el chocolate completamente lo retiramos.
Troceamos las avellanas, hay que ir una a una, así que con paciencia, cada avellana la partimos en 4 trocitos, los añadimos y mezclamos bien para repartirlos en el chocolate.
Lo vertemos en el molde y con la espátula lo distribuimos bien por todo el molde, le vamos a dar un par de golpecitos sobre la encimera para que libere las burbujas que se han podido formar al verterlo, para ello cogemos de los extremos, el que tiene un agujero y el ondulado, lo levantamos un par de centímetros y lo dejamos caer.
Lo podemos dejar enfriar a temperatura ambiente, en un par de horas más o menos se habrá endurecido, o bien lo podemos llevar a la nevera y así lo tendremos listo antes, como más os guste, si lo tenéis en la nevera recomiendo sacarlo unos 15 minutos antes de degustarlo para que no esté muy duro.
Desmoldarlo es muy fácil, con tirar de los lados vais a ver como se despega el molde del turrón, le damos la vuelta sobre una bandeja y ya está, coger un cuchillo y a trocear que la gente estará deseando hincarle el diente.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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