Hace bastante tiempo que sabía de la existencia de este tradicional bizcocho de Cataluña, pero nunca lo había probado hasta ayer que me decidí a hacerlo.
Comerlo ha sido toda una experiencia, porque si es cierto que en cuanto a ingredientes no tiene nada así especial digamos, es en su elaboración, separando las claras de las yemas, donde radica su característica principal, que es que conseguimos que nos quedé un bizcocho muy esponjoso, una textura increíble os lo aseguró, además bien cubierto con azúcar Glas por encima que le da su toque.
Nos va a hacer falta un molde redondo de 23 cm de diámetro, papel para horno, una batidora com varillas, una espatula y reservar una hora de nuestro tiempo para poner la receta en práctica.
Vamos a ello.