Pues ya que se acerca la Navidad o ya la tenemos aquí mejor dicho, que entre los adornos, las luces, las compras navideñas, etc, estamos más que inmersos en ella, así que toca hacer algún que otro postre con temática navideña creo yo.
Un buen ejemplo es este bizcocho de Navidad, con ese glaseado que lleva por encima que le da una pinta increíble, pero que su toque distintivo es la fruta escarchada troceada que lleva dentro, si la misma que vemos encima de los roscones de reyes, a mucha gente no les gusta por su sabor o textura, a mí me gusta y la he disfrutado mucho en cada bocado que le he dado a este bizcocho.
Necesitamos una batidora con varillas o un batidor-amasador, un molde rectangular tipo plumcake de 24x11x8cm, una espátula y una hora de nuestro tiempo.
Vamos a ello.
Ingredientes:
- 3 huevos.
- 150 g de azúcar moreno.
- 100 ml de aceite de oliva.
- 200 g de harina de trigo.
- 15 g de levadura en polvo.
- Una pizca de sal.
- Una cucharadita de canela en polvo.
- Media cucharadita de nuez moscada.
- Media cucharadita de jengibre en polvo.
- 180 g de fruta confitada.
- Para el glaseado: 150 g de azúcar glas y tres cucharadas de leche.
Elaboración:
Comenzamos batiendo los huevos con el azúcar moreno durante 5 minutos a velocidad alta, nos quedara una mezcla muy cremosa y doblara su tamaño, a continuación añadimos el aceite de oliva y batimos como un minuto a velocidad media para que se integre.
Siguiente paso mezclar la harina con la levadura en polvo, con un colador la tamizamos y añadimos también la pizca de sal, la canela, el jengibre y la nuez moscada, vamos a batir a velocidad baja hasta que veamos que se han integrado completamente, que no queden grumos.
Encendemos el horno a 175 grados con calor arriba y abajo, troceamos la fruta escarchada y la echamos en la masa, con una espátula y realizando suaves movimientos envolventes para distribuirla por la masa, la vertemos en el molde, el cual habremos forrado con papel para horno o bien untado con mantequilla y enharinado con una cucharadita de harina y le damos un par de golpecitos contra la mesa para que se liberen las burbujas que se hayan podido quedar atrapadas en la masa.
Cuando el horno alcance los 175 grados lo introducimos a una altura medio-baja, ya lo he comentado varias veces en el mío es la segunda empezando por abajo, lo horneamos entre 45 y 50 minutos, importante no abrir la puerta del horno hasta que lleve al menos 40 minutos, para comprobar si está hecho le clavamos un cuchillo o un palillo y si sale limpio es que ya está hecho, de lo contrario lo dejamos 5 minutos más y lo volvemos a comprobar, yo lo tuve exactamente 50 minutos.
Lo sacamos del horno, dejamos que enfríe durante 15 minutos y desmoldamos, lo dejamos sobre una rejilla para que enfríe del todo y no se forme humedad en la base.
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