Todo empezó con unas natillas clásicas y desde entonces he convertido en tradición que en cada aniversario compartir con vosotros una nueva variedad de ese postre que tanto me gusta y así con la tontería, hoy llega el número seis, buff 6 años ya que llevo haciendo y nunca me cansare de hacerlo.
Hemos visto natillas de chocolate, de vainilla, de plátano... y este año dándole vueltas a la cabeza se me ocurrió que si por lo general se suelen servir con una galleta María encima, pues que quizás podria ser buena idea probar a utilizar ese tipo de galletas como ingrediente principal del postre, todo un acierto os lo aseguro.
Tan solo nos va a hacer falta una cazuela, unas varillas, papel film, unos vasitos, cazuelitas o ramequines para servir las natillas, en función del tamaño el número de natillas puede variar, pero os debería dar para hacer 8 y tan solo necesitaremos una hora de vuestro tiempo.
Vamos a ello.
Ingredientes:
- Un litro de leche.
- Una rama de canela.
- 20 galletas María.
- 5 yemas de huevo.
- 90 g de azúcar moreno.
- 40 g de harina fina de maíz.
- 20 galletas María.
Elaboración:
Empezamos aromatizando la leche, para ello en una cazuela echamos 750 ml de leche y la rama de canela, calentamos a fuego medio-alto removiendo de vez en cuando, cuando veamos que va a comenzar a hervir retiramos del fuego y lo dejamos reposar unos 20 minutos
Cuando la leche esté templada continuamos con la receta, en un cuenco vamos a echar el resto de la leche, las yemas de huevo, la harina fina de maíz y el azúcar moreno, removemos con unas varillas hasta mezclarlo todo.
Retiramos la rama de canela, comprobamos que no hay ningún trocito en la leche y troceamos las galletas, las echamos en la leche, cogemos la batidora y trituramos hasta que veamos que no queda ni un trocito de galleta por integrar con la leche.
Ahora añadimos la mezcla del cuenco y lo ponemos todo a calentar a fuego medio, vamos a estar removiendo con las varillas mientras se calienta sin parar durante 15-20 minutos hasta que espese, con tranquilidad pero de forma constante, como se suele decir sin prisa pero sin pausa y que las varillas lleguen hasta el fondo de la cazuela, hay que evitar que se cuaje en el fondo porque nos quedarían grumos.
Cuando espese retiramos del fuego, seguimos removiendo un par de minutos más, tendremos listos los vasitos o cazuelitas donde vayamos a servirlas y con un cucharón vamos a ir repartiendo, luego le podemos poner una galleta María a cada natilla y las cubriremos con papel film, de manera que esté en contacto con la natilla para evitar que se forme costra al enfriarse, una vez frías las llevamos a la nevera.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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