Buff lunes otra vez, que poco nos gusta que llegue este día, es otra semana que empieza, se ve el fin de semana muy lejano, nos puede la pereza... pues creo que os traigo una forma de hacer que vuestro día sea al menos un poquito más llevadero, porque si os gusta la tarta de queso aunque solo sea una cuarta parte de lo que me gusta a mi este postre no lo podéis dejar pasar.
Me anime a hacer otra variedad de este postre hace unos días cuando pedí en mi cuenta de Instagram que me dijeran cual es el postre al que nunca podríais renunciar, la participación fue bastante alta y me dieron buenas ideas de las cuales tome nota, pero el más repetido y con diferencia fue la tarta de queso, como si necesitara una excusa para hacer tarta de queso... es uno de esos postres que gusta a una gran mayoría de la gente y al que se le pueden hacer diferentes aportaciones en cuanto a ingredientes y técnicas de horneado, podría comerme una cada semana, pero tampoco hay que abusar.
Para hacer esta receta vamos a necesitar una batidora con varillas o como es mi caso un batidor-amasador, un molde de 22 cm de diámetro, papel vegetal para horno y unos 50 minutos de nuestro tiempo, antes de pasar a la receta os recomiendo que los ingredientes de la masa estén a temperatura ambiente, sacarlos de la nevera unos 20 minutos antes de empezar.
Vamos a ello.
Ingredientes:
- 500 g de queso crema.
- 140 g de azúcar moreno
- 400 ml de nata para montar (35% de materia grasa).
- 4 huevos.
- 40 g de harina fina de maíz.
- 200 g de arándanos, valen tanto si son frescos o congelados.
Elaboración:
Lo primero que haremos será encender el horno a 200 grados con calor arriba y abajo y dejar el molde listo, cogemos una hoja de papel para horno y la mojamos bajo el grifo, hacemos una bola con ella y la apretamos con las manos para escurrirla bien, nos quedara como si fuese una tela, la ponemos en el molde ajustándola al borde y al fondo de este.
Mientras se calienta el horno vamos a hacer la masa de la tarta, echamos en un cuenco grande o en el batidor-amasador el queso crema, el azúcar moreno, la nata, los huevos y la harina de maíz, ponemos las varillas y batimos a velocidad media durante 5 minutos más o menos, que veamos que se han mezclado bien los ingredientes y nos quedé una masa cremosa.
Ahora vamos a incorporar los arándanos, he reservamos unos pocos para ponerle luego por encima, con una espátula le damos unos movimientos envolventes para distribuirlos por la masa, la vertemos en el molde y le ponemos en la superficie los arándanos que habíamos reservado (como una docena) y lo llevamos al horno.
Lo vamos a hornear durante 40 minutos, cuando lleve media hora vigilarlo por si la superficie se pudiera demasiado dorada, en ese caso para evitar queme que por arriba bajaríamos la temperatura a 175 grados.
Con cuidado la sacamos del horno, notaremos que está temblorosa y enseguida empezará a bajar mientras se enfría, una vez templada la llevaremos a la nevera durante al menos 5 horas, lo mejor hacerla el día de antes para que este toda la noche en la nevera, cuando vayamos a servirla retiramos con cuidado el papel de horno recortando lo que sobresalga.
Cogemos un cuchillo y repartimos la tarta entre nuestros comensales, es tan cremosa que se deshace en la boca y además es que los arándanos es una fruta tan buena que no hace sino mejorar esta tarta, de la cual como bien sabéis esta entre mis postres favoritos, creo que ha quedado claro ya con tantas variedades como llevo hechas y las que están por llegar.
Pequeños placeres, grandes momentos.