domingo, 27 de junio de 2021

Panna cotta de crema de orujo


Panna cotta de crema de orujo | Siempre hay hueco para el postre

 

Como os comente hace unos días cuando os presente la receta del flan de huevo tradicional esta semana me sentía inspirado y en aquel momento ya tenia una idea para el siguiente postre, el cual no ha tardado en llegar, así soy yo, una semana me la tomo de relax y no hago postre pues otra me da por hacer dos.

La idea para esta variedad de panna cotta me vino hace unos días tras cenar con unos amigos, nos fuimos a una terraza a tomar algo y nos pedimos una copita de crema de orujo, un licor buenísimo y que me recuerda mucho a mi querida Galicia, mientras lo degustaba pensé que ya era hora volver a utilizarla en un postre, lo hice no hace mucho con un flan, me gusto mucho el resultado y recordé que tenía en casa un brick de nata que no le quedaba mucho para caducar y ya se encendió la bombilla, esta semana panna cotta de crema de orujo.

Si alguna vez habéis hecho panna cottas ya sabéis lo fácil que es hacerlas, si no lo vais a descubrir a continuación, solo vamos a necesitar 20 minutos, una cazuela y una cuchara o espátula para remover y unos vasitos o flaneras donde repartir la mezcla, da para hacer 6 unidades, puede que alguna más dependiendo del tamaño de esos vasitos o flaneras.

Vamos a ello.


Ingredientes:
  • Medio litro de nata para montar (35% materia grasa). 
  • 250 ml de crema de orujo.
  • 85 g de azúcar moreno.
  • 6 hojas de gelatina. 

Elaboración:

En un cuenco con agua fría ponemos las hojas de gelatina a hidratar, las vamos a dejar ahí 10 minutos. 

En una cazuela echamos la nata, la crema de orujo y el azúcar moreno, calentamos a fuego medio-alto removiendo de vez en cuando hasta que empiece a hervir.
 
 

En ese momento retiramos del fuego, escurrimos las hojas de gelatina y las añadimos a la mezcla, removemos como un minuto para asegurarnos que de la gelatina se ha deshecho e integrado completamente.
 


Ahora hay que repartirlo entre los vasitos o flaneras, os recomiendo estas últimas para luego desmoldar cada panna cotta en un plato, queda mucho mejor presentado así; como suelo hacer lo he pasado primero a una jarra para que este paso sea más sencillo, se podría hacer también con un cucharón, eso ya cuestión de gustos. 

Dejamos que se enfríen y los metemos en la nevera, ahí deberán estar al menos 5 horas. 



Cuando llegue la hora del postre ponemos agua bien caliente en un cuenco, cogemos un cuchillo y lo vamos a deslizar entre la panna cotta y la flanera introduciéndolo como dos centímetros, con cuidado introducimos la flanera en el agua caliente (lógicamente que no entre agua en la panna cotta) durante 5 segundo y le damos la vuelta sobre un plato, agitamos ligeramente para que caiga y hacemos lo mismo con el resto, si no cae a la primera volvemos a pasarla por el agua caliente un par de segundos.

Para que no se sienta sola la acompañamos de lo que más nos apetezca, frutos secos, chocolate, un helado también le haría buena compañia, etc y a disfrutar. 

Pequeños placeres, grandes momentos. 

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