- 60 g de cacao en polvo.
- 180 g de azúcar moreno.
- 60 ml de aceite de oliva.
- 2 huevos.
- Una cucharada de aroma de vainilla.
- Una cucharadita de levadura en polvo.
- 120 g de harina de trigo.
- Una pizca de sal.
- Azúcar glas.
Seguidamente echamos la pizca de sal, mezclamos la harina con la levadura en polvo y con un colador la tamizamos sobre la mezcla, removemos con una cuchara o una espátula hasta que nos quede una masa sin grumos, tapamos con papel film y lo dejamos en la nevera al menos 3 horas.
Cuando vayamos a hacerlas encendemos el horno a 180 grados, con calor arriba y abajo, en un plato hondo o en un cuenco echamos azúcar glas, sacamos la masa de las galletas de la nevera y para hacerlas lo más cómodo es utilizar una cuchara para bolas de helado, así nos saldrán todas iguales, pero si no podéis usar dos cucharas.
Cogemos masa con la cuchara, la echamos sobre el azúcar glas y echamos azúcar encima, boleamos como si fuese una albóndiga, que este toda la superficie cubierta de azúcar glas y las vamos poniendo en la bandeja del horno sobre una hoja de papel vegetal, importante dejar separación entre cada una.
Las vamos a hornear durante 15 minutos, a medida que pasan los minutos vais a ver como se expanden hacia los lados, de ahí que la importancia de poner bastante separación entre cada una, que no lo calcule bien del todo y por un momento pensaba que se iban a pegar unas a otras, pero finalmente no fue así, lo más recomendable es poner 6 cada vez y dejar 5 cm entre cada bola.
Luego empiezan a subir y cuando lleven 15 minutos la sacamos del horno, dejamos que enfríen 10 minutos al menos antes de retirarlas del papel vegetal.
Sacamos el resto de la masa de la nevera y repetimos la operación hasta agotarla.
Las galletas han cogido buen tamaño, de 10 cm de diámetro cada una y eso que las bolas eran de 4 cm, como veis crecen bastante, se pueden hacer así y tendremos 10 galletas (o galletones) o bien hacer las bolas de un par de centímetros y tendremos 20 galletas, algo más pequeñas.
Que las disfrutéis.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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