Cuando viajo me encanta probar la cocina local, aquello que es lo más característico de su gastronomía, creo que es una buena forma de conocer el lugar que estamos visitando, pero claro no podemos viajar todo lo que nos gustaría ni a todos los sitios que nos apetece visitar, una solución a esto es viajar sin salir de la cocina y probar a hacer algo típico de un país, en este caso vamos a hacer una tarta crumble de manzana que es un postre muy típico de la repostería de Inglaterra.
Por lo que he investigado la receta original debió surgir durante la Segunda Guerra Mundial durante el racionamiento de alimentos que tuvo que afrontar la población durante el conflicto bélico; la cocina no solo nos hace descubrir platos nuevos sino que además aprendemos historia con ella.
Vamos a necesitar un molde desmontable de 22 cm, papel de horno, un cazo, un cuenco grande y alrededor de hora y media para tener nuestra tarta hecha.
Ingredientes:
- Para la base:
- 125 de harina.
- 75 g de mantequilla.
- 25 g de azúcar moreno.
- Un huevo.
- Dos manzanas.
- 25 g de azúcar moreno.
- 25 g de mantequilla.
- 30 g de nueces.
- Una cucharadita de canela en polvo.
- 75 g de harina.
- 50 g de azúcar moreno.
- 50 g de mantequilla.
Elaboración:
Antes de empezar con la tarta vamos a preparar el molde, ponemos una hoja de papel de horno en la base y cerramos el molde, luego untamos las paredes con mantequilla y las cubrimos con papel para horno, recortamos el papel sobrante.
Ahora haremos la masa de la base, en un cuenco echamos la harina, calentamos la mantequilla 30 segundos en el microondas y la añadimos, removemos con una cuchara y añadimos el azúcar moreno, removemos de nuevo, batimos el huevo y la amasamos con la cuchara, hasta tener una masa pastosa, hacemos una bola.
Dejamos reposar la masa 30 minutos en la nevera, cuando lleve 20 minutos encendemos el horno a 180 grados con calor arriba y abajo. Podríamos comprar una lámina de masa quebrada y saltarnos este paso, pero creo que, ya que es tan fácil es mejor hacerlo uno mismo, queda más casero el postre.
Pasado ese tiempo ya estará más manejable, la cogemos y con las manos la extendemos por toda la base del molde y que suba como un par de centímetros por el borde, lo horneamos 10 minutos a una altura medio-baja. Veréis como se hincha en el centro pero tranquilos bajara en cuanto lo saquemos del horno.
Mientras se va haciendo podemos aprovechar para ir haciendo el relleno, pelamos las manzanas y las cortamos en dados, las ponemos en un cazo y añadimos el azúcar moreno y la mantequilla, calentamos a fuego medio y removemos de vez en cuando, cocinamos diez minutos y retiramos del fuego, añadimos la cucharadita de canela y las nueces troceadas y removemos para mezclarlo todo.
Ahora vamos a preparar la capa crujiente de encima de esta tarta, echamos en un cuenco la harina, el azúcar moreno y la mantequilla (la calentamos 20 segundos en el microondas para que esté blandida) y amasamos con las manos hasta tener una masa que recuerda a un polvorón.
Echamos la manzana del cazo en el molde y la distribuimos por toda la base, luego desmigamos la masa que acabamos de hacer y cubrimos toda la tarta, horneamos durante 30 minutos a altura medio-baja, pasado ese tiempo sacamos del horno y dejamos que enfrié antes de desmoldarla.
Ahora ya es el momento de servirla y disfrutar de ella, esta muy bien así sola pero acompañarla de una bola de helado de vainilla es una buena opción, en mi opinión ese sabor le va muy bien a esta tarta, pero bueno probar con el helado que más os apetezca y me comentáis.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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