Panna cotta de mascarpone

A principios de año me puse el objetivo de hacer 52 postres en este 2018, uno por semana, era un objetivo algo ambicioso y llegados a estas fechas es obvio que no podrá ser posible, tendré que organizarme mejor para lograrlo el próximo año.

 

Pero bueno tengo algo que celebrar con todos vosotros y es que con el de hoy llegamos a los 100 postres en el blog, para un numero tan redondo he optado por hacer uno de los postres que más me han gustado y que descubrí gracias al hecho de ponerme a hacer este blog, la panna cotta, además es uno de los más fácil que he hecho, también es uno de los que más me pedís que haga así que os traigo otra variedad, esta vez de mascarpone.

Para hacerla vamos a necesitar una cazuela y 15 minutos, luego solo habrá que enfriarla, os dara para hacer 9 pana cottas.

Ingredientes:

• 500 ml de nata para montar.
• 500 g de queso mascarpone.
• 80 g de azúcar moreno.
• 6 de hojas de gelatina.
• Mermelada de arándanos.

Elaboración:

Vamos a empezar hidratando las hojas de gelatina, para ello las ponemos en un cuenco con agua fría.

Ahora echamos la nata, el queso mascarpone y el azúcar moreno en una cazuela, la ponemos a fuego medio-alto y removemos con una cuchara mientras se va calentando para que se mezcle todo bien.

Cuando veamos que va a comenzar a hervir la retiramos del fuego, escurrimos las hojas de gelatina y las añadimos, removemos de nuevo hasta que la gelatina se disuelva en la mezcla.

Disponemos unos vasitos o flaneras y repartiremos en ellas la mezcla, primero la he echado en una jarra para poder repartirlas con más comodidad.

Dejamos que enfrien y las metemos en la nevera un minimo de 4 horas.

Cuando vayamos a servirlas si las tenemos en unas flaneras, como hice yo, ponemos agua caliente en un cuenco, introducimos la flanera en el agua 2 o 3 segundos, le damos la vuelta sobre un plato y tendremos que moverla un poco de izquierda a derecha para que desmoldarla.

Acompañamos la panna cotta con un poco de mermelada de arandanos (que le va muy bien) y a disfrutarla, es como un mini tarta de queso.

Pequeños placeres, grandes momentos.