Hoy os traigo una variedad bien sencilla de hacer, combina el queso mascarpone con la leche condensada y hará las delicias de los más golosos de la casa.
Vamos a necesitar una cazuela mediana, la batidora, un molde desmontable de 22 cm y papel de horno.
Ingredientes:
Elaboración:
Como es habitual en este tipo de tartas comenzaremos forrando el interior del molde con papel vegetal, ponemos una hoja en la base y cerramos el molde, después untamos las paredes con mantequilla y las cubrimos, recortando lo que sobresalga del molde, de esta manera será más desmoldarla.
Vamos a necesitar una cazuela mediana, la batidora, un molde desmontable de 22 cm y papel de horno.
Ingredientes:
- 100 g de galletas María y 80 g de mantequilla (para la base).
- 250 ml de nata para montar.
- 175 ml de leche condensada.
- 250 g de queso mascarpone.
- Una cucharadita de aroma de vainilla.
- 250 ml de leche.
- Un sobre de cuajada.
Elaboración:
Como es habitual en este tipo de tartas comenzaremos forrando el interior del molde con papel vegetal, ponemos una hoja en la base y cerramos el molde, después untamos las paredes con mantequilla y las cubrimos, recortando lo que sobresalga del molde, de esta manera será más desmoldarla.
Ahora haremos la base de la tarta, empezamos troceamos las galletas y las echamos en el vaso de la batidora, con la batidora las trituramos y echamos el polvo de galleta en un cuenco, derretimos la mantequilla en el microondas y se la añadimos, removemos hasta mezclarlo bien.
Lo echamos en el molde y con una cuchara lo extendemos por todo el fondo hasta tener una base uniforme y compacta.
En una cazuela echamos la nata, la leche condensada, el queso mascarpone y el aroma de vainilla, lo ponemos a calentar a fuego medio y removemos hasta que éstos ingredientes se han mezclado completamente.
Luego lo dejamos al fuego medio y en un vaso echamos la leche y le añadimos el sobre de cuajada, removemos hasta que se disuelva sin dejar grumos.
Cuando la mezcla de la cazuela comience a hervir añadimos la leche y removemos durante un minuto, después lo dejamos hasta que vuelva a comenzar a hervir y retiramos del fuego.
Sacamos el molde de la nevera, y vertemos la mezcla sobre el dorso de una cuchara en el centro del molde, dejamos que se temple y lo metemos en la nevera un mínimo de 4 horas, lo mejor es dejarla toda la noche.
Cuando la vayamos a servir pasamos un cuchillo entre el papel y el molde y desmoldamos, retiramos con cuidado el papel de horno y cortamos las porciones.
Se puede comer tal cual o acompañarla de un sirope, por ejemplo de fresa que le va muy bien.
Espero que la disfrutéis.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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