Queda perfecta por nos une en un postre la cremosidad de la nata, el característico sabor que aporta el mascarpone y el toque ácido que notas cuando coges un trozo que lleva una frambuesa.
He usado un molde rectangular de 24x11x8cm.
Ingredientes:
- 250 g de queso mascarpone.
- 50 g de azúcar moreno.
- 500 ml de nata para montar.
- 125 g de frambuesas.
Elaboración:
En primer lugar forramos el molde con papel vegetal, cortamos las esquinas del papel para adaptarlo al molde.
Ahora vamos a empezar con la tarta, montamos la nata, es importante que la nata es fría y ayuda que las varillas y el recipiente donde la montéis también están fríos.
En un cuenco mezclamos el mascarpone y el azúcar moreno, luego echamos la nata montada sobre el esta mezcla y con una espatula o cuchara grande removemos con suaves movimientos envolventes hasta integrarlo.
Después añadimos las frambuesas, lavadlas antes, removemos un poco con movimientos envolventes para distribuirlas.
Lo vertemos en el molde y con un cuchillo lo extendemos y alisamos la superficie.
Lo metemos en el congelador y lo dejamos ahí al menos 6 horas.
Pasado ese tiempo ya podemos desmoldarlo sobre una fuente, probablemente tendréis que pasar un cuchillo entre el molde y el papel para poder sacarlo, le he echado unos fideos de chocolate por encima pero si queréis ponerle algo ya lo dejo a vuestra elección.
Guardarlo en el congelador hasta 45 minutos antes de servirlo para que no este como una piedra y podamos disfrutar de su cremosidad a cada bocado, que la disfrutéis.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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