Por si no lo sabíais el primero fue la crepe de cacao, uno de los más populares del blog.
Para hacerlo aparte de los ingredientes vamos a necesitar unos moldes para flan y si podemos un soplete de cocina, aunque esto ultimo no es indispensable.
Ingredientes:
- Para la crema de vainilla:
- Un huevo.
- 7 yemas de huevo.
- 400 ml de nata para repostería.
- 100 ml de leche.
- 2 vainas de vainilla.
- 50 g de azúcar moreno.
- 50 g de harina de trigo.
- 60 g de azúcar glass.
- 10 g de cacao en polvo.
- 50 ml de leche.
Elaboración:
Comenzaremos haciendo la crema de vainilla, para ello antes de nada encendemos el horno a 100 grados, con calor arriba y abajo.
Cogemos las vainas de vainilla y las abrimos a lo largo por la mitad, con las punta del cuchillo raspamos el interior para extraer todas las semillas.
En una cazuela echamos la leche, la nata y las semillas de vainilla, calentamos a fuego medio-alto, removemos de vez en cuando mientras se calienta, en el momento que empiece a hervir retiramos del fuego.
En un cuenco echamos el huevo, las yemas de huevo (no tiréis las claras, aprovechadlas para otro postre) y el azúcar moreno, batimos con una batidora con varillas un minuto para que se mezclen bien estos tres ingredientes.
Añadimos la mezcla de la cazuela que aun estará caliente y volvemos a batir con la batidora con varillas un par de minutos, colamos esta mezcla en una jarra.
Lo repartimos en unos moldes para flan, a mi me ha dado para 9 y lo metemos al horno a media altura durante una hora y cuarto, a partir de la hora podéis ir comprobando si ya estas hechos clavandoles un palillo, si sale limpio es hora de sacarlos.
Dejamos que enfríen y a la nevera por lo menos 4 horas.
Para hacer el crujiente de chocolate ponemos el horno a calentar a 180 grados y en un cuenco echamos la harina tamizada, el azúcar glas, el cacao en polvo y la leche previamente calentada un minuto en el microondas, removemos con una varillas hasta que tengamos una crema.
Ponemos una lamina de papel vegetal sobre una bandeja del horno y extendemos la crema de chocolate sobre ella, formamos un rectángulo de 30x20 cm, lo horneamos durante 5 minutos, lo despegamos de la lamina con ayuda de una espátula y dejamos que enfrié.
Llego el momento de emplatar nuestro postre, empezamos desmoldamos las cremas (pasamos el mango de una cucharilla por el borde de los moldes para que sea más fácil) y si queremos lucirnos en este punto espolvoreamos un poco de azúcar moreno en la parte superior de cada crema y lo caramelizamos con el soplete para cocina, para acabar ponemos trozos de crujiente de chocolate a nuestra gusto y listo.
Conseguimos un postre buenisimo y además con un interesante contraste de texturas, perfecto para cualquier ocasión, a disfrutarlo.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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