Si haciendo alguna receta os sobran claras de huevo las podeis guardar en un cuenco tapado con papel film un día en la nevera, o en el congelador hasta que las necesitéis, tendréis que descongelarlas 24 horas en la nevera.
Para hacerlo aparte de los ingredientes necesitaréis una batidora con varillas y un molde, he utilizado el que uso habitualmente para los bizcochos, de 24x11x8cm.
Ingredientes:
- 7 claras de huevo.
- Una pizca de sal.
- 100 g de azúcar moreno.
- 50 ml de aceite de oliva.
- Una cucharada de aroma de vainilla.
- 120 g de harina de trigo.
- 15 g de levadura en polvo.
- 50 g de almendras troceadas.
Elaboración:
Encendemos el horno a 180 grados, con calor arriba y abajo.
Echamos las claras en un cuenco grande y añadimos la pizca de sal, comenzamos a montarlas a punto de nieve con una batidora con varillas, cuando estén a medio montar añadimos el azúcar, a ser posible sin dejar de batir.
Nos tiene que quedar un merengue firme, entonces le añadimos la cucharada de aroma de vainilla y el aceite de oliva, batimos nuevamente con la batidora alrededor de un minuto.
Mezclamos la harina con la levadura y la tamizamos sobre la mezcla anterior, agregamos también las almendras troceadas e integramos todo con movimientos envolventes para que no se baje la mezcla.
Lo vertemos en un molde previamente engrasado con mantequilla y enharinado y lo metemos en el horno a una altura medio-baja, lo horneamos durante 30 minutos.
Comprobamos si ya está hecho clavandole un cuchillo, si sale limpio es el momento de sacarlo del horno y si podéis resistir la tentación esperamos a que enfríe para ya poder comerlo.
Como veis es un bizcocho fácil de hacer y además nos queda muy ligero y esponjoso, que lo disfrutéis.
Pequeños placeres, grandes momentos.
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