No tiene la fama y quizás no queda tan espectacular como el tradicional roscón de reyes que muchos de vosotros vais a devorar mañana, pero es una forma diferente de hacer un roscón que os puede servir tanto para el día de reyes como para cualquier otra ocasión.
A ver si le puedo llevar un trozo a un compañero del trabajo que por estas fechas suele "sugerirte" en alguna ocasión que intente hacer un roscón para el día de reyes, aunque ya se ha volado la mitad y eso que esta recien hecho (se ve que esta gustando) , así que Ricardo espero que también te guste.
Para el año que viene me comprometo a hacer (o al menos intentarlo) el roscón de reyes de toda la vida.
Ingredientes:
- 2 laminas de hojaldre redondas.
- Medio litro de nata para reposteria.
- 200 g de chocolate negro para reposteria.
- 50 g de azúcar moreno (o 5 g de stevia).
- Azúcar glas.
- Almendra troceada.
Elaboración:
Empezaremos preparando el relleno de trufa de chocolate, en un cazo echamos la nata y le añadimos el azúcar moreno, lo calentamos a fuego medio-alto y removemos con unas varillas cada 2 minutos para que el azúcar se disuelva bien.
En cuanto empiece a hervir retiramos del fuego, añadimos el chocolate troceado y removemos con una cuchara, no dejamos de remover hasta que el chocolate esté fundido y bien mezclado con la nata.
Vertemos la mezcla en un cuenco grande, dejamos que se temple y cubrimos la superficie de la con papel film para evitar que se forme costra y a la nevera 4 horas para que enfríe bien, para luego montarlo como si fuese nata, metemos las varillas de la batidora en el congelador para qeu también este frio después.
Encendemos el horno a 180 grados, por arriba y abajo.
Extendemos la primera lámina de hojaldre y sobre ella colocamos la segunda, con un tazón de 10 u 11 cm de diámetro hacemos el agujero del centro.
Espolvoreamos una capa azúcar glas por encima, para que quede uniforme lo mejor es usar un colador y luego echamos la almendra troceada, lo horneamos 20 minutos a una altura medio-baja.
Lo sacamos del horno y dejamos enfriar el sobre una rejilla.
Mientras enfria el roscón sacamos la mezcla de nata y chocolate de la nevera y la montamos con la batidora con varillas.
Con un cuchillo de sierra contamos la rosca a lo largo por la mitad.
Con una cuchara echamos la trufa sobre la base de la rosca y la extendemos cuidadosamente por toda la superficie, colocamos la parte superior encima y ya la tenemos lista para comer.
Como veis es una sencilla forma de disfrutar de un roscón un tanto diferente pero muy bueno.
Pequeño placeres, grandes momentos.
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