Si, habéis leído bien, bizcocho de helado de fresa, suena raro ¿verdad? me he puesto creativo para traeros este original bizcocho.
Este postre es muy apropiado para estos días, podríamos decir que marca la transición entre el verano y el otoño con dos postres típicos de esas fechas unidos en uno solo.
Cuando llega el otoño tendemos a dejar el helado olvidado y probablemente muchos de vosotros tendréis alguna tarrina abandonada en el congelador, apetece hacer otro tipo de postre por ejemplo del tipo de la receta de hoy y para ello podéis rescatar esos helados olvidados.
Hacer un bizcocho siempre es fácil, pero lo bueno del que vamos a hacer es que sólo necesita tres ingredientes, el helado nos aporta el sabor y la base del postre, importante que sea helado y no sorbete, yo lo he hecho de fresa pero se puede hacer del helado que más os guste (naranja, chocolate, vainilla, etc.)
Ingredientes:
- Una tarrina de un litro de helado de fresa.
- 220 g de harina de trigo.
- 15 g de levadura.
Elaboración:
Para poder mezclar el helado con la harina y la levadura es fundamental que este cremoso, por lo que deberemos sacarlo del congelador y esperar entre 45 minutos y una hora.
Ponemos el horno a calentar a 180 grados, por arriba y abajo, después cogemos el molde lo engrasamos con mantequilla y lo enharinamos, he utilizado el que suelo usar para bizcochos, rectangular de 24x11x8 cm.
Echamos el helado en un cuenco grande, mezclamos la harina con la levadura y lo tamizamos sobre el helado, podéis usar un colador para ello.
Vamos removiendo con una cuchara hasta obtener una mezcla homogénea, sin grumos.
Luego vertemos la mezcla en el molde, lo agitamos suavemente de izquierda a derecha para que se extienda bien y lo metemos en el horno, a una altura media baja.
Lo dejamos hornear 40 minutos y comprobamos si esta hecho clavándole un cuchillo, si sale limpio ya esta hecho
Durante el horneado veréis como el color rosa de la mezcla va cambiando al tradicional tono de un bizcocho tradicional.
Dejáis que enfríe del todo, lo sacáis del molde y ya esta listo para comer, su textura recuerda un poco a la de un sobao, queda jugoso por dentro y el sabor es el de un bizcocho clásico con el toque de fresa que le da el helado.
A disfrutarlo.
Pequeños placeres, grandes momentos.
El semifrio es un tipo de postre semi helado de origen italiano que suele presentarse en forma de tarta, como en la receta que hoy os presento.
Habia hecho un semifrio de fresa anteriormente, pero en esta ocasión además he combinado la cremosidad que nos aporta con una capa inferior de galleta y otra superior de ganache de chocolate, así el postre resultante aparte de estar buenisimo, nos aporta un interesante contraste de texturas.
Como el resto de postres que podeis encontrar en este blog la dificultad es minima, vamos que es muy facil y la elaboración os llevara 45 minutos aproximadamente.
Ingredientes:
- Para la base:
- 250 g de galletas María.
- 125 g de mantequilla.
- 50 g de cacao en polvo.
- Para el semifrio:
- 400 ml de nata para montar.
- 140 g de azúcar moreno.
- 500 g de yogur griego.
- 100 g de chocolate negro.
- 9 hojas de gelatina.
- 100 ml de leche.
- Para la capa superior de chocolate:
- 200 ml de nata.
- 200 g de chocolate negro.
- 50 g de mantequilla.
Elaboración:
Vamos a empezar haciendo la base de la tarta, troceamos las galletas y las echamos en el vaso de la batidora y con ella las trituramos hasta obtener polvo de galleta, después en un cuenco lo mezclamos primero con el cacao en polvo y a continuación con la mantequilla derretida durante un minuto en el microondas.
Esparcimos la mezcla en un molde desmontable, de 22 cm, hasta cubrir todo el fondo y con una cuchara lo alisamos hasta que quede una base de galleta plana, solo alisar no apretar, ahora metemos el molde en la nevera.
Para el semifrio ponemos las hojas de gelatina a hidratar, calentamos la leche un minuto en el microondas y cuando las hojas lleven 5 minutos en el agua las escurrimos y diluimos en la leche.
Montamos la nata, cuando este a medias, que tenga una textura cremosa agregamos el azúcar y terminamos de montarla.
Con un cuchillos troceamos el chocolate en trocitos pequeños y lo mezclamos con el yogur griego y con la leche que ya habrá templado.
A continuación lo mezclamos con la nata montada, agregamos una cuarta parte de la mezcla a la nata y lo integramos con suaves movimientos envolventes con una cuchara o espátula, así hasta mezclarlo todo.
Lo vertemos en el molde y para esparcirla bien por este movemos un poco el molde de izquierda a derecha, luego alisamos la parte superior con una espátula y a la nevera unas 4 horas, para que enfrie bien lo ponemos en la parte más baja que es la zona más fría de la nevera.
Pasado ese tiempo hacemos la capa de chocolate, en un cazo calentamos la nata a fuego medio-alto, en el momento que vaya a comenzar a hervir echamos el chocolate troceado y retiramos del fuego, removemos con una cuchara, cuando el chocolate se funda añadimos la mantequilla y volvemos a remover hasta que se integre con los otros dos ingredientes.
Dejamos que enfrié 10 minutos, sacamos el molde de la nevera y echamos la crema de chocolate, no directamente sobre la tarta, ponemos una cuchara sobre ella, movemos un poco el molde para que se distribuya de forma uniforme y de nuevo a la nevera hasta que llegue el momento de servirla, al menos 2 horas.
Si queréis que este más fresquita podéis meterla 20 minutos en el congelador antes de servirla.
Pequeños placeres, grandes momentos.
