Una versión a lo grande de una galleta con trocitos de chocolate que haría las delicias del mismísimo monstruo de las galletas y que gustará tanto a los peques como a los más mayores de la casa.
Para hacer este postre básicamente hay que hacer la masa, hornearla y dejar que enfríe, en una hora más o menos la podéis tener lista para comer, es muy fácil, que la disfrutéis.
Ingredientes:
- 65 g de mantequilla.
- 75 g de azúcar moreno.
- Un huevo.
- Una cucharada de aroma de vainilla.
- Una pizca de sal.
- 150 g de harina de repostería.
- 10 g de levadura.
- 85 g de chocolate negro.
Elaboración:
Para hacer nuestra super galleta lo primero es poner la mantequilla en una cazuela a fuego medio y una vez que se haya fundido añadimos el azúcar moreno y removemos con unas varillas hasta que se mezcle bien, después apartar del fuego y dejar que se enfrié 10 minutos.
Mientras se enfría encendemos el horno, a 180 grados por arriba y abajo y troceamos el chocolate en trocitos de diferentes tamaños, podéis utilizar pepitas de chocolate, personalmente creo que queda mejor si usamos chocolate de una tableta y la troceamos.
En un cuenco batimos el huevo y pasados los 10 minutos lo echamos en la cazuela, junto con la pizca de sal, la cucharada de aroma de vainilla y la harina mezclada con levadura tamizada, así evitaremos que se formen grumos.
Removemos con una cuchara hasta obtener una masa homogenea, a continuación le añadimos los trozos de chocolate y volvemos a remover con la cuchara.
Echamos la masa en una bandeja de cristal redonda de unos 21 cm apta para el horno, previamente engrasada con mantequilla y enharinada, si no tenéis una bandeja asi podeis usar un molde circular desmontable o una sartén que sepáis que se puede meter en el horno.
Lo metemos en el horno a media altura y lo horneamos durante 30 minutos, nuestra super galleta tiene que quedar crujiente por fuera y blandita por dentro, como cada horno es diferente cuando lleve 25 minutos comprobamos si el exterior ya esta crujiente.
Sacamos del horno, dejamos que enfrié completamente y ya la podemos servir, es posible que necesiteis pasar un cuchillo por el borde para despegarla de la bandeja y así desmoldarla mejor, vais a ver lo buena que os ha quedado y que como acabáis de ver es un postre que podeis hacer en poco tiempo
Pequeños placeres, grandes momentos.
Un postre tan conocido como es el arroz con leche no podía faltar en este blog, en esta receta le he añadido el toque que le aporta la vainilla que a mi personalmente me ha gustado mucho, pero si os apetece hacer un arroz con leche clásico simplemente con que no le añadáis las vainas de vainilla y seguir el resto de la receta igual lo tendréis.
Para elaborar este postre solo necesitareis 45 minutos de vuestro tiempo y con estas cantidades os dara para hacer unas 10-12 raciones.
Ingredientes:
- 2 litros y medio de leche.
- Una rama de canela.
- 2 vainas de vainilla.
- 80 g de azúcar moreno o 8 de stevia.
- Piel de un limón.
- 500 g de arroz redondo.
- 50 g de mantequilla.
Elaboración:
Para hacer este postre el primer paso es infusionar la leche con los ingredientes que le aportaran sabor, para ello echamos los dos litros y medio en una cazuela grande, añadimos la rama de canela, la piel de limón, el azúcar moreno (o stevia si lo preferís) y las vainas de vainilla previamente lavadas, abiertas a lo largo con un cuchillo y raspando bien el interior para que caiga en la leche.
La ponemos a calentar a fuego medio-alto, removemos de vez en cuando y cuando veamos que comienza a hervir la bajamos a fuego medio y dejamos asi 5 minutos.
Retiramos la rama de canela, la piel de limón y las vainas de vainilla, añadimos el arroz y lo ponemos a fuego medio-bajo, removemos cada 5 minutos más o menos para evitar que se pegue el arroz al fondo.
Lo dejamos al fuego entre 25 y 30 minutos.
Probamos el arroz cuando lleve 20 minutos para ir viendo como va y cuando veamos que ya esta cocinado lo retiramos del fuego, entonces le añadimos la mantequilla y removemos hasta que se deshaga del todo y se mezcle bien, así nos quedara más cremoso.
Lo echamos en unos cuencos o vasitos, dejamos que enfrié y no metemos en la nevera hasta que vayamos a comerlo, antes de servirlo espolvoreamos un poco de canela sobre cada uno de ellos.
Nada complicado y de textura y sabor agradable, que lo disfrutéis.
Pequeños placeres, grandes momentos.
Estas fechas están llevas de postres tradicionales en España, la lista es realmente largo y en ella podemos encontrar por ejemplo la leche frita,las monas de pascua, los buñuelos, los pestiños, o como la receta que os traigo hoy, las torrijas.
Partiendo de la receta clásica de este postre le vamos a añadir el toque de chocolate que hará, más aun si cabe, que este dulce este buenísimo.
Hacerlas no tiene ninguna dificultad y solo os llevara 30 minutos.
Ingredientes:
- Una barra de pan del día anterior.
- 250 ml de nata.
- 300 ml de leche.
- 60 g de cacao en polvo.
- Una rama de canela.
- Piel de un limón.
- 40 g de azúcar moreno.
- 2 huevos.
Elaboración:
Vamos a empezar preparando la mezcla donde empaparemos nuestras torrijas, para ello en una cazuela echamos la leche, la nata, el cacao en polvo, el azúcar moreno, la rama de canela y la piel de limón, lo ponemos a calentar a fuego medio.
Removemos para que el cacao se mezcle bien con la nata y la leche, lo calentamos durante 10 minutos, si vemos que va a empezar a hervir bajamos un poco el fuego, removemos de vez en cuando para que la mezcla se aromatice bien con la canela y piel de limón.
Pasados los 10 minutos retiramos la cazuela del fuego y dejamos que repose otros 10 minutos.
Cortamos el pan en rebanadas de 3 o 4 cm y batimos los huevos, a continuación retiramos la rama de canela y la piel de limón y echamos la mezcla chocolateada en un cuenco y empapamos bien cada rebanada, cuando creas que ya estan bien empapadas aún necesitarán un poquito más, que se mojen bien por dentro, que estén al menos 5 minutos.
Las pasamos por el huevo batido y las freímos en una sartén con abundante aceite bien caliente (de oliva o girasol, el que más os guste), las freímos medio minuto por cada lado más a menos.
A medida que las vamos haciendo las ponemos en un plato con papel absorvente para que escurra el exceso de aceite.
Y ya esta, así de facil, llego el momento de comerlas, podéis echarles un poco de azúcar y canela por encima, acompañarlas de una bola de nata, helado de vainilla, café, etc, como más os guste.
Como acabais de ver la receta se puede hacer en cualquier momento asi que ya estais tardando en hacer unas ricas torrijas de chocolate
Pequeños placeres, grandes momentos.