Este es probablemente uno de los bizcochos que más se
ha hecho en las cocinas españolas, todo un clásico de nuestra repostería, es
muy sencillo de elaborar, no necesitamos ni bascula para medir las cantidades
de los ingredientes, usaremos el vaso del yogur como medidor, así lo han hecho
nuestras abuelas y hay que continuar con las tradiciones, siguiendo esta receta
veréis como os queda un delicioso bizcocho, muy jugoso y esponjoso.
Si nunca lo has hecho este es el momento.
Vamos a ello.
Ingredientes:
- 3 huevos.
- Un yogur natural (usaremos el vaso para medir las cantidades de otros ingredientes).
- Una medida de vaso de yogur de azúcar moreno.
- Un medida de vaso de yogur de aceite de oliva.
- Tres medidas de vaso de yogur de harina.
- 15 gramos de levadura.
- Una pizca de sal.
Elaboración:
Para empezar ponemos el horno a calentar a 180 grados,
por arriba y abajo.
En un cuenco ponemos los 3 huevos y con la batidora con varillas los batimos hasta que queden bien espumosos.
Agregamos dos terceras partes del vaso de yogur de
azúcar moreno (la receta original dice un vaso pero he querido ponerle un poco menos, lo dejo a vuestro gusto) y lo batimos hasta que se mezclen bien.
A continuación añadimos el yogur (he utilizado uno de
160g de elaboración artesanal) y un vaso de yogur de aceite de oliva, batimos
hasta que se mezclen bien.
Incorporamos 3 vasos de harina y los 15 gramos de
levadura y la pizca de sal, con una cuchara de madera o una espátula removemos hasta que todos
los ingredientes estén integrados.
Untamos el interior del molde con mantequilla y lo
enharinamos.
Lo metemos en el horno entre 35-45 minutos, cuando
lleve 35 minutos le clavamos un cuchillo para comprobar si ya está hecho, si
sale limpio ya podemos sacarlo del horno.
Dejamos que enfríe completamente, lo sacamos del molde
y ya lo tenemos listo para comer.
Como veis hacer este postre es de lo más fácil, basta
con seguir estos sencillos pasos y se puede hacer en cualquier momento, ya que
los ingredientes que necesitamos fácilmente los tendremos en nuestra despensa.
Pequeños placeres, grandes momentos.