La principal característica de una mousse es su
consistencia esponjosa, la cual se consigue gracias a las claras de huevo
batidas a punto de nieve, en el proceso se crean muchas burbujitas que le dan
esa textura espumosa, es un postre muy refrescante y aquí aprenderéis a
hacerlo, veréis que es muy fácil.
Ingredientes:
- Medio litro de nata para montar.
- 200 ml de zumo de limón natural.
- 125 g de azúcar o 14 g de stevia.
- Piel rallada de dos limones (opcional).
- 4 huevos.
Elaboración:
En primer lugar vamos a echar la nata en un bol grande y la montaremos, para
ello lo mejor será usar una batidora con el accesorio de las varillas. La nata
debe estar fría para que podamos montarla con mucho cuerpo y nos quede bien
cremosa, os recomiendo que la metáis en el frigorífico al menos 24 horas antes
de empezar con la receta, también os ayudara que enfriéis el bol unas 3 horas.
A continuación vamos a mezclar el zumo de limón, recién exprimido y colado,
junto con el azúcar y si queréis la ralladura de la piel de dos limones,
previamente lavadas. Batimos bien hasta formar una mezcla homogénea. Después la
mezclaremos con la nata montada, suavemente con movimientos envolventes para que no se baje la nata.
El siguiente paso será separar las claras de las yemas de los huevos y batimos
las claras a punto de nieve, lo más fácil es volver a usar la batidora con las
varillas, hasta que queden muy densas y no se bajen.
Por último vamos a incorporar las claras montadas a la mezcla anterior, de nuevo
de forma suave para que en este caso no se bajen las claras montadas,
repartiremos la mousse en unos vasos o copas (con estas medidas os dará para
llenar 8 más o menos) y las guardamos en la nevera durante varias horas para
que termine de tomar su característica textura y se enfríe bien del todo.
Pequeños placeres, grandes momentos.